sábado, 5 de mayo de 2007

RAFAEL MONEO VERSUS PIEDRA FILOSOFAL

PUBLICADO EN DIARIO SUR

Si algo distingue a la ciudad de Málaga es su cualidad estratigráfica. La historia se ha comportado como un río que ha aportado un bagaje de ricos sedimentos de conocimiento cosmopolita entre los que destacan los de carácter arquitectónico. El suelo y el subsuelo de Málaga no sólo hablan del esplendor pasado sino también dibujan la actualidad y recuerdan lo que debe seguir siendo en el futuro. Sus restos, huellas de una historia abundante en lo religioso y lo multicultural, han modelado su idiosincrasia y la de sus gentes, haciendo de Málaga un lugar privilegiado para vivir o, mejor dicho, para convivir. El clima es un factor innegable para esa calidad de vida pero lo es más la calidad humana de los malagueños en todos sus múltiples registros. Sin embargo la historia nos obliga a seguir imaginando y luchando por una Málaga que igualmente siga siendo motivo de orgullo para las generaciones futuras. Nuestro sedimento ha de ser verdaderamente representativo de nuestro tiempo. Un nuevo estrato que continúe la calidad de los que levantaron y reconstruyeron restos en forma de puerto fenicio, teatro romano, alcazaba y murallas islámicas, catedral renacentista y barroca o centro urbano decimonónico. Una huella que permita seguir la historia de la arquitectura a través de hitos verdaderamente significativos. En este contexto hemos de pensar sobre qué singularidades e iconos de la actualidad dejaremos para la Málaga del mañana y qué papel puede jugar el arquitecto Rafael Moneo en esta responsabilidad común. Ahora la ciudad tiene la oportunidad de que el legado de nuestro tiempo esté diseñado y dirigido por el arquitecto español más importante de los últimos cien años con la licencia de entender a Gaudí como propio del Modernismo del XIX aunque murió en 1926.

Málaga está viviendo un proceso de gran transformación urbana y urbanística que conlleva cambios de coyuntura social y cultural. La ciudad ha emprendido un viaje hacia la modernidad y la vanguardia que debe convertirla en la gran capital europea del Sur. Sus imprescindibles infraestructuras recientes como el Palacio de Ferias y Congresos, la peatonalización de las calles Larios y Granada, el Centro de Arte Contemporáneo y el Museo Picasso Málaga, las que están en curso como la ampliación del aeropuerto, el AVE, la nueva ronda, el metro que ojala sea lo más subway posible, la apertura del puerto que facilitará la creación de nuevos espacios para la cultura y el ocio y entre ellos otro espacio municipal para exposiciones temporales y permanentes de 6.000 m2, la remodelación del parque y las que serán pronto una realidad como la finalización del paseo marítimo de Poniente donde el arquitecto Carlos Ferrater está ya diseñando un gran hotel, el Palmeral de la Marina de Jerónimo Junquera, el Auditorio, la ampliación del CAC Málaga hacia el río Guadalmedina, el gran complejo del terreno de Repsol donde tres torres, de diseño innovador, dinamizarán y pondrán en valor toda la zona Oeste de la ciudad y donde el Club Málaga que aglutina a las grandes empresas tecnológicas del país y que, partiendo de la iniciativa privada cuenta con el apoyo del Ayuntamiento, el Parque Tecnológico y la Universidad, tendrá un lugar donde desarrollarse en su deseada dimensión así como la Tabacalera que se convertirá en sendos museos de la Ciencia y la Tecnología y del Automóvil, son los principales ingredientes para llegar a ser esa gran capital a la que todos aspiramos y que requiere máxima colaboración entre instituciones. En este camino aún se debe trabajar para conseguir ser Capital Europea de la Cultura en 2016.

Rafael Moneo puede ser el símbolo de toda esta revolución hacia un futuro de modernidad que vislumbramos como un hecho. Es el arquitecto que más consenso aglutina entre los líderes de opinión de la ciudad y los halagos sobre su obra y su capacidad son abrumadoras: Carlos Hernández Pezzi, Presidente del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España, opina que “su magia” consiste en saber “convertir en oro el espacio que se engrandece con los atributos del conocimiento, de la técnica y del arte” y que esa magia propia de un “alquimista de la arquitectura”, es la que esperamos para el Mercado de Mayoristas; Salvador Moreno Peralta quien ya intentó hace 20 años que Moneo rehabilitase el edificio de Luís Gutiérrez Soto, opina que “la ampliación del CAC Málaga es una forma geométrica rotunda que le da personalidad a una zona que es un batiburrillo urbanístico”, Pedro Luís Gómez afirma que “Moneo ha conseguido hacer un trabajo sencillamente magistral para ampliar el CAC, una de las grandes sorpresas de la Málaga del siglo XXI”; Francisco Peñalosa opina que con “la cuña de Moneo a Málaga se le presenta una oportunidad excepcional para reinventarse, recuperando aquellos reflejos que perdió en el Mediterráneo cuando al mar lo retiraron de las Atarazanas y de la cortina del Muelle”; Javier Pérez de la Fuente habla de “una propuesta muy contundente en un espacio realmente complicado” y su hermano Iñaki piensa que el proyecto “se levanta como un eco del edificio actual y plantea un diálogo apasionado entre lo antiguo y lo nuevo”; Teodoro León Gross afirma que es “la mejor oportunidad de Málaga de empezar a pensar en los bordes del Guadalmedina (…), está en la actuación de Moneo sobre el entorno del CAC hacia el puerto. Es un valor seguro.”; Rafael Porras dice que el proyecto “tiene toda la apariencia de ser una obra maestra y de convertirse en uno de los símbolos de la modernidad de Málaga”; J. L. García Gómez afirma que “el perfil de Moneo es el ideal para esta clase de proyecto” mientras que Víctor A. Gómez sugiere en este sentido que “pongamos velitas a San Mies Van Der Rohe para que una de las operaciones culturales más atractivas de la Málaga de los últimos años llegue a buen puerto”.

Los nuevos museos actuales son las señas de identidad del concepto de ciudad moderna. Se han comparado a las catedrales del pasado porque cumplen funciones semejantes. Hoy no son reliquias religiosas las que mueven las peregrinaciones sino el arte contemporáneo. Y es precisamente en este ámbito donde Moneo ha brillado de forma especial: ampliaciones del Museo del Prado y de la Academia de BB.AA. de Cranbrook, Museo Thyssen-Bornemisza, Museo Nacional de Arte Romano en Mérida, Fundació Pilar y Joan Miró en Palma, Davis Museum en Massachussets, Museo de Arte y Arquitectura de Estocolmo, Museo de BB.AA. de Houston, Museo de Arte Romano en Cartagena, Centro de Arte y Naturaleza de Huesca... Pero además es suya también la Catedral de Los Ángeles. Todo ello hace pensar que Moneo es la misma piedra filosofal que puede aglutinar y resolver los problemas que conlleva la ampliación del Centro de Arte Contemporáneo de Málaga que promueve el Ayuntamiento de Málaga y que tiene ya los permisos de edificación de la Cuenca Mediterránea, en una colaboración modélica entre ambas instituciones para lograr un bien arquitectónico sin precedentes recientes.

Rafael Moneo es el único arquitecto español que posee el Premio Pritzker (la máxima distinción en arquitectura del mundo). Además posee la Medalla de Oro de BB.AA., la Medalla de Oro del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos, el Premio Arnold Brunner de la American Academy of Arts, el SOC Prize of Visual Arts de la Academia de BB.AA. de Estocolmo, etc. Pero ello no le ha convertido en un divo del Star System sino que es conocida discreción, su extremada modestia y su gran capacidad de diálogo y consenso. Otro Premio Pritzker, Frank Gehry, ya estuvo en Málaga y se perdió la posibilidad de que trabajase en la ciudad por torpezas localistas. Ojalá ahora no ocurra lo mismo porque Málaga no se puede permitir el lujo de perder oportunidades únicas para seguir construyendo una historia de luces y prestigio.